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jueves, 9 de diciembre de 2021

NOOC "Huella ecológica digital"

Introducción 
 
Cómo hemos visto a lo largo del curso la “huella ecológica” es un concepto relativamente nuevo, surgido a mediados de la década de los 90 propuesto por William Rees y Mathis Wackernagel, que se usa desde entonces como un indicador para medir el impacto que ejercemos sobre los recursos naturales del planeta que demandamos relacionándolo con la capacidad que éste tiene para proveerlos y regenerarlos.

Si bien ahora nos fijamos en el siguiente mapa y gráfico proporcionado por Global Footprint Network, veremos como en nuestro país junto a otros muchos, los resultados no son precisamente alentadores ya que según este y junto a un artículo de la “WWF”, España por ejemplo entra en una deuda ecológica de 2,67 gha.

Datos sobre España aportados por
Global Footprint Network

Teniendo en cuenta todo esto, se puede concluir que su importancia a día de hoy es muy relevante y más aun si nos centramos en la gran cantidad de países en el mundo cuya huella ecológica representa un enorme déficit a nivel global de manera desigual, lo que repercute en la salud de nuestro entorno y en su sostenibilidad a largo plazo.

Sin duda alguna es imposible que de manera individual cada persona la elimine por completo, pero si que es viable reducirla lo máximo que podamos según nuestras necesidades y posibilidades con pequeños gestos que en mi caso y según mi situación he decidido llevar a cabo, lo cuál se comentará adelante en mi plan de actuación.

Mi huella ecológica


A la hora de calcular mi huella ecológica he optado por hacer uso de la siguiente calculadora online proporcionada por Global Foodprint Network: https://www.footprintcalculator.org. 
 
En esta mediante una serie de preguntas concretas nos permite medir el tamaño de nuestra huella ecológica en relación con varias categorías generales: comida, alojamiento, energía, movilidad. En cada una de ellas se centra en ciertos aspectos cuanto menos llamativos como por ejemplo el tipo de vivienda en la que residas, la procedencia de los alimentos que consumas habitualmente, la frecuencia con la que compras prendas o aparatos electrónicos o tú manera de viajar, entre otros.

El gráfico final que te genera representa de qué maneras ciertos aspectos de mi estilo de vida impactan en la naturaleza (según lo qué consumo y por tipo de tierra) generando así un mayor o menor tamaño de mi huella ecológica.


Gráfico de mi huella generados por la calculadora de
Global Foodprint Network

En la imagen aportada arriba se detallan los resultados globales obtenidos de mi huella, los cuáles corresponden a las siguientes cifras:
  • 3,3 hectáreas globales.
  • 4,1 emisiones de Co2 al año. 
  • 42% de la huella ecológica total.
De manera mucho más específica mis porcentajes por tipo de tierra serían las siguientes: 
  • 1,4 gha huella de carbono
  • 1,3 gha tierras de cultivo 
  • 0,1 gha tierras de pastoreo 
  • 0,1 gha zona de pesca 
  • 0,1 gha tierra edificada 
  • 0,3 gha productos del bosque
Y por categoría de consumo estos:
  • Comida: 1,8 gha
  • Abrigo: 0,8 gha 
  • Movilidad: 0,1 gha 
  • Bienes: 0 gha 
  • Servicios: 0,6 gha
Teniendo en cuenta los datos anteriores, a pesar de que mi huella ecológica de 3,3 gh sea inferior a la media española “4” con una diferencia de 0,7 hectáreas menos por persona, sigue siendo preocupante el hecho de que use 2,1 hectáreas más de las que realmente hay disponibles en el planeta tierra según los datos ofrecidos por Global Foodprint Network (1,2 hectáreas por persona), por lo que necesitaría 2 tierras más para satisfacer mis necesidades.


Resultado de mi huella generado por la calculadora de
Global Foodprint Network
 
Si tuviera en cuenta los datos del “Observatorio de la Sostenibilidad en España”, mi huella sería muy inferior a la media española “6,4” con una diferencia de 3,1 hectáreas menos por persona, pero que incluso aún seguiría usando 1,2 hectáreas más para una biocapacidad de 2,1 hectáreas por persona.

Me llama mucho la atención cómo lo que más aumenta mi huella es el tipo de alimentación a la que estoy acostumbrada junto al tipo de vivienda en la cuál resido, algo de lo que no eres consciente habitualmente ya que no te paras a pensar en todo lo que hay detrás.
 
Compromisos para reducir mi huella ecológica

Siendo consciente de mi huella ecológica aquí comparto una tabla con mis compromisos teniendo en cuenta ciertas categorías en las que debo mejorar:

Enlace a la misma: https://docs.google.com/document/d/1UA1amfHOXvSFEO8lmuPhIBGl5iNoGRQr/edit?usp=sharing&ouid=104812252787727582664&rtpof=true&sd=true

A continuación me gustaría hacer algunos comentarios al respecto sobre mis objetivos marcados:

  • Aunque específicamente no se hable de la huella de carbono digital, ni de la huella tecnológica (ya que es otro término diferente que implica emisión de C02 por navegar por la red y uso de dispositivos masivos, aunque si está relacionado con el que nos compete), ni se analice de manera muy específica en las calculadoras, me ha parecido importante centrar algunos de mis objetivos y medidas en el impacto medioambiental que personalmente hago al usar las TIC.
  • Cada número indicado en las dificultades por categoría corresponden a qué actividad y contenido competen.
 
Referencias y recursos

  • Artículo: “España entra en deuda ecológica”  
  • Resumen “Informe Planeta Vivo 2020”
  • Datos por países página web Global Foodprint Network
  • Información sobre huella ecológica en la web Global Foodprint Network
  • Calculadora online de la Global Foodprint Network
  • Artículo: “¿Cuánto contamina internet?

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Reto final del NOOC "Conciencia digital"

En este post compartiré mi reto del NOOC “Conciencia digital” del INTEF. Primero haré una introducción sobre la importancia del tema y nuestra responsabilidad al respecto, luego mostraré el decálogo desarrollado en formato infografía, la cuál se explicará con detalle proponiendo alternativas o soluciones a lo planteado junto a beneficios reportados, para acabar explicando la propuesta de difusión en mi comunidad.

Introducción

Vivimos en una sociedad avanzada, globalizada donde prácticamente tenemos todo a nuestro alcance, en la que nuestra forma de vivir y actividades diarias a gran escala interfieren con el equilibrio de la misma en sus múltiples ámbitos. Evidentemente para lograr el desarrollo sostenible tan deseado los gobiernos, la industria, las grandes compañías, etc. son las que más tienen que cambiar, quienes tienen el mayor peso a la hora de adoptar las medidas adecuadas para su transformación y mejora, pero las personas también tenemos mucho qué decir y aportar. 

Nuestros hábitos individuales nos definen, pudiendo tener consecuencias “mínimas” tanto positivas como negativas en nuestro entorno, por lo que eso debe importarnos, preocuparnos, y hacernos conscientes de que existen alternativas para mejorar. 

Dentro de las posibilidades a nuestro alcance, yo quiero decidir vivir en una cultura más sostenible y del reciclaje y para ello he confeccionado este decálogo, diez buenas prácticas que considero esenciales a la hora de contribuir a un adecuado y saludable desarrollo de nuestra sociedad en general y en particular en nuestra comunidad educativa, que ayuden a reducir nuestra huella de carbono y huella de carbono digital.

Decálogo de buenas prácticas sostenible

Imagen diseñada en Inkscape por @Noebranford

Licencia Creative Commons
10 buenas prácticas para mejorar la sostenibilidad del planeta por Noelia García López @NoeBranford se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://pasaporte-estelar.blogspot.com/2021/11/reto-final-del-nooc-conciencia-digital.html.

1. Usa los puntos limpios y puntos SIGRE

Hay ciertos residuos domésticos que generamos y que por su toxicidad y peligrosidad para nuestra salud y nuestro entorno (electrodomesticos, medicamentos, baterías, pinturas, CDs etc.) nunca debemos desechar en la vía pública directamente, ni tampoco en contedores habituales. Para realizar esa recogida y gestión adecuadas están los puntos limpios y los puntos SIGRE (Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases del sector farmacéutico) ubicados en distintos sitios de nuestra ciudad a los cuáles podemos acudir teniendo en cuenta sus respectivos horarios. Si no podemos transladarnos, existen puntos móviles y campañas de recogida durante ciertos días organizadas por los ayuntamientos.

Gracias a estas instalaciones podremos mejorar nuestra conciencia ambiental, contribuir al reciclaje, a reducir la contaminación, los materiales peligrosos y que haya un menor riesgo para la salud pública.

2. Reduce el consumo de papel

La producción de papel y su consumo genera un gran impacto ambiental, con la consiguiente generación de residuos innecesarios.

En muchos ámbitos es inviable prescindir de ello por completo, ni tampoco deseable, pero sí que podemos minimizarlo de las siguientes formas:

  • Usando soportes alternativos como software ofimático para almacenar, gestionar y organizar información o datos.
  • Digitalizando los documentos.
  • Sustituyendo el papel normal por el reciclado. 
  • Imprimiendo y fotocopiando por las dos caras.

Estas estrategias lograrán que hagamos un consumo responsable, favoreciendo el ahorro económico y en materiales, gestionemos mejor nuestros recursos, además de permitirnos contribuir a reducir la tala de árboles, junto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

3. Dona lo que ya no necesites

Disponemos de una cantidad de productos y objetos como móviles, libros, ropa, juguetes, etc. que en muchas ocasiones están ocupando espacio por falta de uso o por reemplazo de algo nuevo sin pararnos a pensar en qué alguien más podría necesitarlo. 

Donarlos a organizaciones que se encarguen de entregarlos es una medida sencilla y solidaria, ya que estas disponen de iniciativas varias para que otras personas puedan beneficiarse, bien sea directamente mediante su reutilización o indirectamente a través de los fondos obtenidos por su venta en campañas o mercadillos que organizan y destinan para el desarrollo de proyectos sociales.

Este gesto fomentará nuestro espíritu solidario y responsabilidad social.

4. Apuesta por los productos reutilizables

Estamos inmersos en la cultura del “usar y tirar”, abusando de excesivos envases de plástico en comida por ejemplo, entre otros materiales igual de contaminantes y poco amables con el medio ambiente. Es mucho mejor y más ecológico hacer uso de materiales reutilizables como: 

  • Bolsas de tela para ir a la compra. 
  • Botellas de vidrio, aluminio o acero inoxidable para beber agua.
  • Fiambreras de tela para la comida.

Con esta estrategia nos damos la oportunidad de mejorar nuestro estilo de vida, de respetar el medio ambiente, de concienciarnos sobre su cuidado contribuyendo a que sea más limpio.

5. Limita el contenido que compartes en RRSS y otras plataformas y 6. Navega por la red de manera sostenible

La huella de carbono digital se emite cada vez que hacemos una búsqueda por la web, nos comunicamos por servicios de mensajeria y redes sociales, visualizamos un vídeo, etc. A pesar de ser mínima va en aumento al estar hiperconectados por lo que los siguientes consejos nos ayudarán a concienciarnos y a reducirla en la medida de lo posible:

  • Usar navegadores y buscadores más sostenibles. 
  • Ir directamente a la página web en cuestión o buscarla en la barra de direcciones. 
  • No ver vídeos en streaming. 
  • Compartir contenido necesario, sin abusar de gifs, vídeos e imágenes. 
  • Borrar emails inservibles. 
  • Alojar solo lo imprescindible en la nube.

7. Da una segunda vida a tus dispositivos electrónicos

La basura electrónica se está convirtiendo en una tendencia cada vez más frecuente y preocupante, con los graves problemas que suponen sus componentes tóxicos para el medio ambiente y las personas. Para evitar esto, podemos alargar su vida útil así:

  • Reparando los aparatos siempre que sea viable. 
  • Dándoles un uso alternativo o creativo.

Luchar contra la obsolocencia programada de nuestros dispositivos genera una mayor conciencia ambiental, contribuyendo a la protección del medio ambiente ya que esta práctica reduce su fabricación y que se generen menos residuos, además de contribuir a reducir nuestro gasto económico al prescindir de uno nuevo.

8. Evita desplazamientos diarios

Continuamente nos movemos de manera masiva bien sea para ir a clase, al trabajo, a la compra, etc., lo que se traduce en problemas de contaminación ambiental y acústica generados por los vehículos motorizados que usamos. En ocasiones el desplazamiento es inevitable, pero en ciertos casos sí se podría reducir y alguna alternativa a seguir podría ser: 

  • Realizar nuestras gestiones diarias cerca de casa.
  • Realizar la compra en comercios locales y de proximidad local.
  • Sustituir las reuniones físicas por virtuales mediante el uso de videollamadas. 

Estas acciones favorecerán a la economía local, además de reducir los niveles de contaminación acústica y mejora de la calidad del aire, junto a nuestra salud físcia al permitirnos hacer actividad física.

9. Di no a la corriente vampiro

Cada vez que tenemos enchufado un aparato (que no estemos usando e incluso esté apagado) como la TV o la impresora por ejemplo, estos siguen consumiendo una pequeña cantidad de energía. Nuestra mejor baza para evitarlo sería: 

  • Apagar y desconectar los aparatos cuando no se usen (exceptuando el frigorífico y otros equipos).
  • Usar bases múltiples con switch.
  • Tener aparatos con certificación ENERGY STAR.

Estos pequeños gestos harán que detengamos el derroche energético con la consiguiente reducción del impacto de los gases del efecto invernadero, además de que ahorremos dinero.

10. Desplázate de manera más sostenible

El uso de vehículos privados a priori puede parecer más cómodo, pero su uso contribuye al deterioro de nuestra salud y del medio ambiente. Para evitar más daños debemos optar por alternativas más sostenibles como:

  • Caminar o ir en bicicleta en la medida de lo posible en desplazamientos cortos. 
  • Usar el transporte público.

Subirse al carro de la movilidad sostenible favorecerá que haya menos contaminación acústica y ambiental, se mejore la salud física, se ahorre económicamente, y los trayectos duren menos.

Como hemos visto, todas las acciones propuestas siguen el principio de las tres "R" Reducir, Reutilizar y Reciclar, por lo que llevarlas a cabo favorecerá la mejora de diversos aspectos ya comentados y el fomento de valores y ciertas actitudes como el respeto hacia el entorno, el consumo responsable y sostenible, la solidaridad, el compromiso social, la conciencia ecológica, la sensibilidad ecológica.

Propuesta de difusión

A la hora de compartir este décalogo se ha pensado en el uso de distintos canales de difusión y soportes con la intención de llegar y concienciar a toda la comunidad educativa como:
  • La web del centro. La infografía se publicará en la misma para poder ser consultado por cualquiera además de facilitar el enlace para quien desee descargarla.
  • Décalogo en formato físico. Se imprimirán algunas copias y repartirán en lugares estratégicos del centro para que todo el mundo pueda conocerlo. 
  • RRSS. Se compartiría en las redes sociales de las que disponga el centro.


* Créditos de la imagen:


- La infografía la he diseñado con el programa de software libre "Inkscape".
- Los iconos usados pertenecen a la web: https://publicdomainvectors.org los cuáles disponen de una licencia CCO de dominio público. 
- El logo del NOOC pertenece al INTEF.