Hay momentos en los que el entorno no te dice nada, no te inspira, sientes que piensas palabras insípidas y repetitivas, por lo que prefieres no forzar sus sentimientos ni los tuyos.
Ahí es cuando te das cuenta de que tienes que escribir lo que te guste, y cuando tengas ganas.
Por eso he decidido reducir la dosis de microcuentos diarios, un objetivo que ya cumplí cuando llegué al año. Ahora simplemente los escribiré cada dos o tres días o quien sabe cada cuanto... ;)
El sonido de su tiempo juntos quedaba muy lejano. Ambos lo habían atrapado en sus pensamientos #microcuento— Noelia García López (@NoeBranford) 1 de abril de 2016
Bajo sus marchitas pestañas, reposaba la lluvia, que un día soñaba con aparecer #microcuento— Noelia García López (@NoeBranford) 2 de abril de 2016
Observó tanto tiempo las manecillas del reloj, que acabó por dar vueltas dentro de su memoria #microcuento— Noelia García López (@NoeBranford) 3 de abril de 2016
El cielo truncó las esperanzas de salir. La ciudad quedó vacía. El campo vivió su soledad.Al final,la fiesta se quedó en casa. #microcuento— Noelia García López (@NoeBranford) 4 de abril de 2016
No fue ni la primera, ni la última vez, que vería a la brisa azul cielo ondear sobre su cuello #microcuento— Noelia García López (@NoeBranford) 5 de abril de 2016
Debería cantar, en mitad de la noche, lo que quiera. Debería hacerlo, sin dar explicaciones, y hacer bailar a las estrellas #microcuento— Noelia García López (@NoeBranford) 9 de abril de 2016
No importa lo que tardes, Noe, nosotros los seguiremos disfrutando. Un gran abrazo.
ResponderEliminar