Hoy es el "Día de la Madre", aunque opino que todos los días del año son los días de la madre por estar siempre aquí, pero considero oportuno escribir algo para mi mamá, aunque sea una poesía breve o un simple relato, solo palabras que se merece y que de otra forma quizás mi voz no se atreve a decirlas porque se encoje y no me sale expresarme, y menos improvisar un relato.
Allá voy, pensando en demasiadas cosas a la vez, he decidido escribir un mini cuento con mucho cariño y amor, aunque no tan extenso como me gustaría.
La infancia de una mariposa multicolor
Una pequeña niña de ciudad siempre con un sombrerito, pasaba las vacaciones en el pueblo junto a sus abuelos, en una casa con un corral y un pequeño huerto.
Prácticamente al lado y casi escondido, se podía observar un pequeño río, un regato lleno de agua algo estancada, con superficie blanda, donde en cierto lugar había algo de profundidad, casi se podía nadar, y la protagonista de esta historia metía los pies con calzado en la misma, sin importarle que se mojaran, donde intentaba cazar ranas, pero solo para poder mirarlas, sin hacerles daño, y también a veces cerca del mismo se acercaba a un lugar en el cual había vías, pero con mucho respeto ya que por las mismas pasaba el tren, y solo quería verlo transitar.
Pues disfrutar de la vida como cualquier niña y de la naturaleza que tenía a su alrededor, y de cuidarla por supuesto, le gustaba ser curiosa y observar cada momento, como a las hormigas cuando iban en filita, una tras de otra con sus pequeños alimentos, a veces incluso le proporcionaba miguitas de pan y trozos de objetos, para llevarlos a su pequeño cráter, a su casa, y construirla cada día, y ver a las mariposas de colores a su alrededor con sus preciosos ojitos marrones bien abiertos, e intentar cogerlas para que se posaran en sus manos.
Le encantaba ayudar a su abuelo en la tarea de regar el huerto, y como había un manjar frutal, muy preciado para ella, caía en la tentación siempre de coger alguna de esas hermosas y deliciosas fresas, y no dudaba ni por un minuto en llevársela a la boca y fundir su sabor con su paladar.
Un poco más allá de la casa, a unos cuantos metros, se avistaba un gran huerto, perteneciente a su abuelo, el cuál siempre cuidaba, estaba lleno de hortalizas, y de hermosos árboles, desde manzanos, hasta perales.
A mariposa de colores le gustaba comer esas manzanas tan dulces y los peruchos, esas peras con tamaño reducido, y no dudaba en recoger la fruta con su abuela, siempre observando a su abuelo y a veces intentaba ayudar a llevarle el carretillo lleno de sandías y melones, pero como no podía, cuando estaba algo cansada, se lo decía a su abuelo, por lo que se subía encima y entre risas ambos regresaban a su hogar.
Como la niña quería mucho a su abuelo siempre le iba a buscar andando a la hora de salir de trabajar, y una vez allí, le pedía su medio de transporte, una bicicleta de paseo, a la cuál no llegaba al sillín por la estatura que tenía, pero que con gran empeño pedaleaba, para regresar a la casa, y como le dejaba atrás, para que no estuviera solo en el camino, regresaba de nuevo a su encuentro, para buscarle e ir juntos.
Son tantas las aventuras que vivía muchas veces sola y otras en compañía que es difícil resumirlas, pero no os preocupéis os contaré la última de todas.
Además de todo lo anterior mariposa de colores cerca de la casa de sus abuelos disponía de un canal, bien grande y ancho, con gran cantidad de agua, donde jugaba observando como bajaba la misma, y con su pequeñita mano se ponía a crear minis olas para simular las del mar, quizás por añoranza, o simplemente por crear algo propio, algo que siempre recordar para volver las próximas vacaciones.
Nuestra pequeña mariposa de colores volvía siempre por las vacaciones, recordando lo que hacía cada día, sin olvidar ni una sola imagen, y una y otra vez repetía lo mismo, siempre mejorado, porque tenía algo muy importante que nunca olvidaba, su imaginación, con eso, disfrutar con sus abuelos y todo lo que tenía a su alrededor simplemente era feliz, no necesitaba nada más.
Un poco más allá de la casa, a unos cuantos metros, se avistaba un gran huerto, perteneciente a su abuelo, el cuál siempre cuidaba, estaba lleno de hortalizas, y de hermosos árboles, desde manzanos, hasta perales.
A mariposa de colores le gustaba comer esas manzanas tan dulces y los peruchos, esas peras con tamaño reducido, y no dudaba en recoger la fruta con su abuela, siempre observando a su abuelo y a veces intentaba ayudar a llevarle el carretillo lleno de sandías y melones, pero como no podía, cuando estaba algo cansada, se lo decía a su abuelo, por lo que se subía encima y entre risas ambos regresaban a su hogar.
Como la niña quería mucho a su abuelo siempre le iba a buscar andando a la hora de salir de trabajar, y una vez allí, le pedía su medio de transporte, una bicicleta de paseo, a la cuál no llegaba al sillín por la estatura que tenía, pero que con gran empeño pedaleaba, para regresar a la casa, y como le dejaba atrás, para que no estuviera solo en el camino, regresaba de nuevo a su encuentro, para buscarle e ir juntos.
Son tantas las aventuras que vivía muchas veces sola y otras en compañía que es difícil resumirlas, pero no os preocupéis os contaré la última de todas.
Además de todo lo anterior mariposa de colores cerca de la casa de sus abuelos disponía de un canal, bien grande y ancho, con gran cantidad de agua, donde jugaba observando como bajaba la misma, y con su pequeñita mano se ponía a crear minis olas para simular las del mar, quizás por añoranza, o simplemente por crear algo propio, algo que siempre recordar para volver las próximas vacaciones.
Nuestra pequeña mariposa de colores volvía siempre por las vacaciones, recordando lo que hacía cada día, sin olvidar ni una sola imagen, y una y otra vez repetía lo mismo, siempre mejorado, porque tenía algo muy importante que nunca olvidaba, su imaginación, con eso, disfrutar con sus abuelos y todo lo que tenía a su alrededor simplemente era feliz, no necesitaba nada más.
6-5-2012 by @NoeBranford para mi mamita, maravillosa
persona, luchadora, encantadora, cariñosa, afable
siempre demostrando su fuerza
incluso cuando está cansada,
a quien quiero mucho y siempre llevo conmigo
por siempre hacer tanto por mí,
por estar ahí en cualquier momento,
por preocuparse y cuidarme más que nadie,
que se merece esto y mucho más, sobre todo
mis palabras más amables y dulces de todas
Enlace a la fotografía de la mariposa azul:
http://www.freephotosbank.com/photographers/photos1/37/med_bb45s8212.jpg
Enlace a la fotografía de la mariposa amarilla:
http://www.freephotosbank.com/photographers/photos1/37/med_2f1e08528daad7cc943aa14884fc6c66.jpg
No hay comentarios:
Publicar un comentario